de La Bastida han sacado a la luz un imponente sistema de fortificación único en su época. El hallazgo reafirma,
junto al resto de descubrimientos realizados en los últimos años, que la ciudad fue el asentamiento
más desarrollado de Europa en términos políticos y militares durante la Edad del Bronce
Una obra pensada por y para el combate
La fortificación de La Bastida impresiona por su monumentalidad, por los conocimientos de arquitectura e ingeniería que exhibe,
por su antigüedad y porque ayuda a conocer un pasado tan lejano en el tiempo como reconocible en el presente.
Supone además una innovación en el arte de atacar y defender fortificaciones, específicamente militar. Fue una obra pensada
en exclusiva por y para el combate, a cargo de personas bregadas en unas lides desconocidas hasta entonces en Occidente.
Las torres y los lienzos de muralla revelan conocimientos muy avanzados en arquitectura e ingeniería, salvando desniveles de
hasta el 40%. Las argamasas utilizadas proporcionaron una enorme solidez a la obra, trabando con fuerza las piedras,
haciendo impermeables sus paredes y negando así cualquier asidero a los asaltantes.
La poterna como acceso recóndito y cubierto exigiría para su encaje en la muralla una planificación previa de
todo el conjunto defensivo y los conocimientos adecuados de ingeniería para lograrlo.
La primera ciudad de Europa continental en la Edad del Bronce
Las últimas excavaciones y el resultado de varias dataciones de Carbono 14 indican que La Bastida fue probablemente
la ciudad más poderosa de Europa continental durante la Edad del Bronce y una plaza fortificada desde sus comienzos,
hacia el 2200 antes de nuestra era, con un sistema defensivo insólito en la Europa de su tiempo.
La fortificación no ha sido el único hallazgo. Entre 2008 y 2011, las excavaciones ya habían sacado a la luz
grandes residencias de más de 70 metros cuadrados que se distribuían por las 4 hectáreas de la ciudad.
Estas grandes casas, viviendas y edificios públicos se alternaban con otras construcciones de menor tamaño
separadas mediante accesos, corredores y plazas. Una gran balsa dotada de un dique de 20 m de longitud capaz
de almacenar casi 400.000 litros de agua expresa igualmente una complejidad y unas necesidades de la
población sin parangón en aquel tiempo.
Los descubrimientos de La Bastida revelan una ruptura militar, política y social: la instauración de un poder
violento y clasista, que perduró durante 7 siglos y que condicionó el desarrollo de las comunidades del resto de la Península.
En conjunto, replantean lo que se sabe sobre el origen de las desigualdades económicas y políticas en Europa,
la formación del estamento militar y el papel de la violencia en la formación de tradiciones identitarias.