ORÍGENES:
El origen del Santuario se remonta a época medieval. Fueron caballeros santiaguistas los que trajeron la devoción a Santa
Eulalia hasta Totana, ya que estas tierras fueron donadas por Alfonso X el Sabio en 1257 a la Orden Militar de Santiago
y a su maestre Pelay Pérez Correa, personaje vinculado con la ciudad de Mérida
Desde finales del siglo XV sabemos que un ermitaño cuidaba de la ermita y su huerta. Era entonces «...una nave de buenas
tapias e cubierta de buena madera e terrado, de buenas puertas e cerradura de hierro...» .
Fue a partir de 1573 cuando el Concejo mandó llevar a cabo las obras necesarias para «... principiar la iglesia y ermita
de Nuestra Señora Santa Olalla», aprovechando para ello la antigua edificación. Concluidas las obras del templo
para finales del siglo XVI, se realizaron entonces actuaciones constructivas que tuvieron como objetivo crear la
infraestructura complementaria a este lugar sagrado.
INTERIOR:
El conjunto pictórico de la ermita cubre la totalidad de las paredes del templo. Son pinturas realizadas con la técnica
del temple durante los años 1601 y 1624 y son obra del pintor Juan Ibáñez, que residió en Totana durante las
primeras décadas del siglo XVII.
LAS PINTURAS
El conjunto pictórico constituye uno de los exponentes más expresivos del arte popular de todo el Levante peninsular.
Su sentido catequético promueve la transmisión de los valores del cristianismo a los numerosos visitantes que
acuden al santuario.
Pinturas del coro:
El coro fue la primera parte del templo en ser pintada y su éxito popular condujo a continuar la decoración del resto de los muros de la ermita.
El centro de la pared está ocupado por una composición de la Virgen del Carmen rescatando ánimas del purgatorio. A los lados aparecen 16 escenas que muestran los milagros de La Santa, acaecidos en la ermita.
Pinturas de los muros del Evangelio y de la Epístola:
La temática religiosa domina por completo los dos muros, con escenas de la vida de Jesús y María, de San Francisco de Asís, eremitas y diversos santos y santas, todo ello bordeado por un zócalo en la parte inferior, que termina en un friso con figuras fantásticas, formas vegetales y escudos municipales de varias localidades, entre ellos el de Totana, además del escudo de España.
Pinturas del arco toral:
Las pinturas del arco toral fué decorado con dos figuras mercedarias: San Pedro Nolasco y San Ramón Nonato, el escudo de la villa. El autor de esta obra fue el pintor Francisco Heredia.
EL ARTESONADO
La nave rectangular fue cubierta por un artesonado de madera, obra del taller de Esteban Riberón. Es de estilo mudéjar,
semejante al de la parroquia de Santiago de Totana, el artesonado, con estructura en forma de artesa, es de pares y
nudillo con cinco tirantes calados que cruzan la nave, con lazos de a ocho en los extremos.
EL PRESBITERIO Y EL CAMARÍN
A finales del s.XVIII se decidió ampliar la ermita. Para ello se construyó un espléndido arco toral que comunica la nave
con el nuevo presbiterio. De estilo plenamente barroco, el presbiterio es de planta cuadrada, está cubierto con cúpula y
tiene un carácter monumental.
Tras el presbiterio encontramos el camarín con la imagen de Santa Eulalia. Tiene forma octogonal y está cubierto con
cúpula barroca pintada y dorada.
El camarín se levanta sobre la gruta en la que, según la tradición, alzó el vuelo una paloma que simboliza el alma de Santa
Eulalia. En dieciséis escenas, se representa la vida de Santa Eulalia de Mérida y su martirio, los primeros años de la
vida de la joven Eulalia y el testimonio de su entrega y valentía.
EL RETABLO MAYOR
De estilo barroco, se caracteriza por su riqueza ornamental .
Consta de dos cuerpos, en el inferior sobresalen dos columnas salomónicas colocadas a los lados del camarín, custodiadas
por estípites, volutas y motivos vegetales, además de otros ornamentos figurativos. El retablo es un llamativo telón de
fondo que dirige la atención del fiel hacia el altar y el camarín.
RETABLOS DE SANTA ANA Y DE SANTIAGO
El retablo de Santa Ana es una de las joyas del santuario y su estilo corresponde al Renacimiento español. Es una obra de
gran belleza, construida en madera y policromado, que contiene una imagen de Santa Ana con la Vírgen Niña.
Enfrente, se sitúa el retablo de Santiago, también renacentista, que acoge una talla del Apóstol Santiago. Esta es la
escultura más antigua del santuario ya que pertenece al primer cuarto del siglo XVII.
EXTERIOR:
Una vez en la Santa, un camino adoquinado con amplias baldosas nos introduce, después de atravesar una triple
arcada, en el recinto del Santuario. En este espacio el sonido del correr del agua, el trino de los pájaros y una
agradable vegetación nos ofrecen serenidad y equilibrio. Se encuentra el viajero, entonces, en el atrio, espacio
a donde abre su acceso principal la ermita de Santa Eulalia. En el centro del mismo se encuentra una fuente
cubierta de vegetación. Cerrando el atrio por la derecha aparecen las llamadas «casas del Corredor de Santiago»,
viviendas remodeladas recientemente y que conservan todo el sabor de deliciosos alojamientos rurales.
A la izquierda del atrio encontramos las construcciones que componen el núcleo de un moderno y
cómodo complejo hotelero.
Abrazando la ermita aparecen una serie de edificaciones que desde sus orígenes fueron utilizadas por los hermanos
de la Santa, ermitaños que estaban al cuidado de este eremitorio, como vivienda, también por el clero y miembros
del concejo. En la actualidad tienen diversos usos (museo, tienda de recuerdos y artículos religiosos,
Oficina de Información del Paraje, casa del «santero»,...)